lunes, 30 de diciembre de 2013

Media Luna.

¿por qué aún te escribo?
la misma pregunta se repite en mi cabeza
ya no quiero
ya no siento
pero como escuecen los recuerdos
¿me quieres?
espero que no
espero que jamás lo hicieses
pudiste tener el cielo y elegiste encender cohetes que acabaron prendiendo fuego a lo poco que teníamos.
Triste, um?
Así es la melodía, sonaba por las noches y me decía que estaba estascada entre cárceles de versos y dolor de puntos finales puestos en medio de versos,clavados en mi ser.
Pasé meses ciega ignorando que éramos dos piezas de puzzles distintos, forzando a encajar, engañando a mi mente con la magia de eso de "amar". Fue un poco divertido, a veces sentía que iba a explotar de una felicidad tan intensa que nació en el minúsculo momento donde me asomé al abismo y te vi. Ahora me pregunto cómo pudo pasar. Quién era yo y qué hiciste tu para que de un día a otro entendiera por qué el mundo es así. Eras mi primavera, mi huracán y mi Finisterre, empezaba en saludos y me acababa en las noches. Aún me pregunto por qué recuerdos tus ojos solamente, seria porque quería que me vieses. Aún recuerdo el impulso de besarte, como si fuese prohibido algo demasiado de otro mundo que pudiera acabar conmigo. Y lo hizo, oh si lo hizo. Tuvise suerte de no salir tu herido. Te veías con nuestro cadáver en las manos, la mirada asustada y preguntado cómo, como fue posible, trataste de arreglarlo y yo te dije, déjalo, déjame, déjanos pudrirnos en silencio en mi mente en un rincón. Y cuando nadie ve y nadie está aún vuelvo allí sólo por recordar lo bonito que fue hallar un fin en este mundo plagado de quizás que se quedan en el tintero. Como la historia que pudimos haber escrito y se la llevó el miedo.

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