cariño porque te quiera no significa que sea tuya, yo pertenezco a las calles recién besadas por suicidas gotas de lluvia de alguna que otra cuidad o europea o quizá si el viento y el tiempo me llevan, americana. Yo pertenezco a los vapores que salen de mi té de canela, o a el olor de ese libro que se esconde en la tercera estantería del segundo piso de la biblioteca. Pertenezco a el viento en los acantilados y al sabor que dejan los rayos de sol a promesas de un mejor día y a sal (para curar las heridas supongo) pertenezco a los bosques que susurran otoño y cambio, pertenezco a esos acordes que ponen los pelos de punta. Pero aunque te quiera jamás sere tuya, no soy ni mía, fíjate. Soy de las gotas que van lentamente deslizandose por el cristal de mi coche, mientras este ha encontrado una obstrucción. En cierto modo como mi vida ahora, está atascada entre lo que soy y lo que quiero ser, en medio de ninguna parte. No soy tuya y tú ni nadie será jamás mío, serás de los susurros a media noche y serás de esas veces que oigo tu corazón acurrucada en tu pecho y me alegro, de que al menos tu sepas lo que es amor porque yo cariño, yo ya estoy un poco muerta. Soy como los rayos de soy que se entremeten por tus rendijas y te dicen hey,estoy aquí, vengo a hacerte feliz. Siento no ser tuya, de verdad, pero para ser de alguien primero he de ser y hace mucho que no soy.
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